Escritor, dramaturgo, luchador social, tupamaro, rehén…y también hijo, hermano, amigo, compañero, padre…Y durante esos 11 años de confinamiento solitario, de constantes tormentos, de celdas sombrías e incomunicación con el mundo de afuera, Mauricio escribió, hizo sus cosas, soportó y testimonió el horror para que triunfara la vida…